HOMENAJE A MIS ANTEPASADOS

miércoles, 29 de octubre de 2014

Edgar Poe Restrepo

Contaba mi padre que a su regreso a Medellín  de Estados Unidos se reunió una noche con un grupo de amigos a tomarse unos aguardientes y a recordar viejos tiempos, en la conversación salió el recuerdo de un amigo fallecido durante su ausencias, alguien que según decían ellos nació para ser poeta, pues cuando lo bautizaron lo llamaron  Edgar Poe Restrepo. Recordaron sus versos y lloraron su prematura partida, pues aún siendo unos años mayor que el se fue de este mundo a los 23 años. La nostalgia fue tan grande que el grupo de amigos decidió, aún siendo noche y aún estando muerto el amigo ir a su última morada en el cementerio de la ciudad; como es lógico las puertas estaban cerradas, así que decidieron escalar la verja del campo santo y para ello tuvieron que ayudarse unos a otros uniendo las manos para servir de peldaño al otro compañero, pero al llegar al último quien era mi padre no había quien pusiera el peldaño, así que se quedó en la calle, allí alcanzaba a escuchar a sus amigos recitando frente a la tumba del poeta las versos que en vida había escrito. 

Bromista como era mi padre al escuchar a uno de sus amigos recitando en voz alta la estrofa de un poema escrito por su amigo en el lecho de muerte y que decía algo así como : "Aquí voy a dormirme con párpados de bronce, y a unir mi corazón con aquel firmamento de  la que si besóme, nunca la tuve mía. Con estrellas llorosas y pájaros y nubes he de tejer la escala, sendero de los ángeles... ", se imaginó entonces escondido detrás de la tumba respondiéndole con voz de ultratumba  que estaba esperándoles  para pronto. Así que atisbando en los alrededores vio que por la calle del frente venía otro cristiano ebrio y no dudó en llamarlo haciendo señas con sus manos y le dijo susurrando mostrándole la reja del cementerio: "amigo, no puedo entrar, porque no me ayuda a saltar la verja". El hombre lo miró con cara de terror seguramente imaginando que se trataba de un muerto que quería volver a la tumba y echándose bendiciones salió corriendo. Siempre que contaba esa historia mi padre decía, ese hombre debe estar aún contando la historia del día que un muerto le habló en las afueras del cementerio de Medellín. 

Edgar Poe Restrepo murió a los 23 años se le recuerda no sólo por su poesía, sino además por ser  el autor de la letra del himno de la Universidad de Antóquia, donde estudio derecho. Nació en 1919 y dejó una amplia obra poética, se dice que hay en ella un patético halo de tragedia,  pues fue escrita en su lecho de muerte.