HOMENAJE A MIS ANTEPASADOS

jueves, 22 de mayo de 2014

Aprendiendo a trabajar.

El sitio de veraneo de mi padre cuando era pequeño, si mi memoria no me falla, era la finca de su tío Luciano Echeverri quien en las cercanías de Calarcá. Hay dos historias que contar sobre esos tiempos. La primera que es que el contaba que sus hermanas siempre contaban que habían ido a visitar a los parientes en Calarcá pero a el nunca lo llevaban porque era muy pequeño. El se imaginaba a Calarcá como un lugar mágico, lleno de misteriosas maravillas por descubrir, las gallinas ponían los mejores huevos del mundo, las vacas daban la leche más espumosa que existía y en general todo estaba totalmente idealizado.

Así que recordaba que el día que en los años treinta lo llevaron a conocer a Calarcá se llevó la más grande  destilación que jamás se había llevado, las personas eran igualitas a la de su natal Armenia, la leche de las vacas sabía igualito y las calles también eran muy semejantes a las de su pueblo. Lo mismo le pasó cuando años más tardes se fue a estudiar Estados Unidos, allí descubrió lo que toda su vida dijo: "todo el mundo es igual a Calarcá."

No ocurrió lo mismo cuando lo llevaron a temperar a la finca de su tío Luciano, a quien recordaba como un señor bonachón, que posiblemente le llenó de cierta manera la falta de su padre, que perdió cuando apenas tenía tres años. Un día muy temprano en la mañana el tío Luciano le dijo que lo iba a llevar a trabajar, "porque los hombres tenemos que aprender a trabajar." Me imagino que mi papá tendría ocho o nueve años. 

Después de desayunar el le dio un banquito de madera y tomó una silla de baqueta y se los echaron a la espalda y subieron a un cerrito dentro de la finca, después de un par de horas sentados debajo de un árbol el tío Luciano  le ofreció un trago de aguapanela al sobrino y le preguntó como la estaba pasando y el sobrino le respondió que muy bien, pero que estaba esperando todavía para comenzar a trabajar: "Sobrino, es lo que hemos estado haciendo desde que llegamos, si no estuviéramos aquí mirando  los peones que están allá abajo ellos no hubieran hecho  nada.